Toda la tristeza abrumadora y el pesar del argumento de esta obra que, justamente en su “programa” extra-musical (un poema de Dehmel), se adelanta al expresionismo al que abriría paso musicalmente su autor varios años después: "La noche transfigurada", del genial Arnold Schoenberg. Original para sexteto de cuerdas, pero se interpreta casi únicamente en versión para orquesta de cuerdas. Basada en una temática muy controversial, considerando que es 1899, postrimerías de la era victoriana, en una sociedad tan conservadora como la de Viena. En una horrible, triste noche, una mujer confiesa a su pareja que le fue infiel y que espera un hijo de su amante. Y el final, también, muy “fuerte”: él la perdona, y le propone que el amor que se profesan se extenderá al hijo que ella está esperando. Con este tipo de temáticas, se abre paso de a poco el increíble movimiento artístico, quizás la verdadera base del arte del siglo XX (al menos de su primera mitad), que fue pronto conocido como “expresionismo alemán”.
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